jueves, 14 de febrero de 2013

Nada humano me es ajeno

Ya lo decía Publio Terencio en el  165 a. de Xto. :  "Hombre soy, nada humano me es ajeno". Y aunque ha llovido mucho desde entonces la vigencia del aforismo queda patente en este mundo nuestro, tan globalizado como falto de coherencia. Seguimos escuchando: "¡ah eso!, a mi no me afecta, no es mi problema".  Tenemos una curiosa forma de entender cuándo es nuestro problema, según la cercanía física o psicológica que quede afectada en la coyuntura. También es cierto que se aprecian movimientos esperanzadores en pro de objetivos más o menos comunes,  aunque muy menudo mediatizados por necesidades perentorias a la par que básicas. Aquello que dicen los economistas de la crisis  "o todos nos hundimos o todos nos salvamos", tiene muchas más aplicaciones en campos muy diversos, vamos a buscar en cuáles y ver si somos capaces de hacernos oír cuando los encontremos.  

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