martes, 5 de febrero de 2013

Falsedad

Escuchando recientemente (y añadiré muy tristemente) decir al Sr. Rajoy, lo que sin duda quedará para los anales de la crónica política, aquello de "todo es falso... salvo alguna cosa", viene a mi mente el concepto de falsedad. No siendo versado en el digno arte de la oratoria como nuestros diputados y demás servidores públicos, (aunque es cierto que suelen confundir grandilocuencia con palabrería hueca), he de recurrir a mi limitada experiencia verbal al definir el vocablo: ¿decir medias verdades? ¿quizá mentiras piadosas? ¿poner el énfasis en los circunloquios despistantes? ¿abusar del no comment? ¿mencionar "manzanas traigo" si nos preguntan "subes o bajas"? ¿recodar el "tu padre más"? ¿improvisar con un amago de carraspeo antes de pedir que nos repitan la pregunta? ¿esbozar un rictus de amabilidad forzada mientras pensamos ¡eso no me lo dices en la calle!? Sí es cierto, en un momento dado, todos somos maestros y alumnos cultivando los mil ardides que se esconden tras esta palabreja. Ojalá al menos, seamos capaces de ser honestos con quien más cerca tenemos y no engañarnos a nosotros mismos.

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