martes, 7 de mayo de 2013

Pregunto

¿Es posible entender las grandes necesidades del planeta sin tomar conciencia de las propias? ¿Somos capaces de intervenir en ayuda de nuestros hermanos y no de solucionar el siempre postergado trabajo interior? ¿Igual que apuntamos la estatura física que van alcanzando nuestros hijos al crecer, lo hacemos también con la moral? ¿Vivimos a menudo en las afueras de nuestro corazón y pretendemos comprender los sentimientos que laten en los que nos rodean? ¿Queremos enarbolar la bandera de la solidaridad y no podemos escuchar el llanto de ese niño que una vez fuimos y desamparado con nosotros sigue? ¿Tenemos la inteligencia necesaria para gestionar el mundo que nos rodea pero no para hacerlo con nuestras emociones? ¿De verdad nos sentimos como seres libres y responsables sin que los niños crezcan educados en ambos valores? 

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