Ser lo que somos

Viendo cómo se desarrollan los acontecimientos en la escena mundial,  me cabe la reflexión de por qué el ser humano es incapaz de comprender el desgaste de sus energías en fútiles proyectos que sólo llevan a su propia destrucción. Al seguir empeñado en fomentar la dualidad a toda costa no hace sino aplazar su progreso espiritual como especie llamada a ello desde siempre;  investida en su creación con el poder supremo, se limita a fabricar una triste realidad de limitación y sueño imperecedero. No siendo capaz de elevarse por entre la tiniebla de sus contradiciones, sigue pensando que lo que sus manos tocan y sus ojos ven conforman la única realidad. Ya lo he repetido aquí a menudo, pero todo esfuerzo es poco: estamos llamados a despertar, la mente crística que con nosotros siempre va, sigue empeñada en que abandonemos tanta magia e idolatría que nos atenazan en lo externo que vivimos, e iniciemos el sendero de la Verdad. Aquietando los egos lograremos escuchar su voz, tan cercana como clarificadora, tan vivificante como sincera. Podemos hacerlo ahora mismo, y debemos, si en las manos del Espíritu depositamos nuestras necesidades de corrección mental. Nunca olvidemos quiénes somos realmente y la fuerza imbatible que nos asiste.