He leído hace poco: todo lo que no es amor, es miedo. Como
ya sabemos las emociones son algo así como el lenguaje del alma, la forma en
que nuestro inconsciente se comunica con nosotros. Llevo tiempo analizando en
mi estas dos emociones, y puedo ver, mejor dicho “sentir” que además de ser
excluyentes, poseen una capacidad infinita de transformar mi realidad,
dependiendo cual quiero integrar en el día a día. Sí, siempre podemos elegir, sobre
todo si cambiamos la percepción y focalizamos nuestra atención en el verdadero
responsable (no culpable): nosotros mismos. Como dice Un Curso de Milagros, “nada externo a ti te puede amar o hacer
daño”.
Y lo que tienes en tí y no asumes por miedo, no lo salvas. Si está en tí... ¿miedo a qué? ¿a ser más libre al poner nombre? Seguimos trabajándonos, que no hay nada que perder.
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