Como muchos otros libros importantes para el crecimiento personal del ser humano, recuerdo uno que no está en las listas de los más vendidos, ni en la sección de novedades de las librerías: Un Curso de Milagros. Su gestación dio comienzo con la súbita decisión de dos personas de colaborar en el logro de un objetivo común, allá por 1973. Esas dos personas fueron Helen Schucman y William Thetford, catedráticos de psicología médica de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York. No es realmente importante quiénes fueron esas personas, excepto que lo ocurrido muestra que con Dios todo es posible. A ambos se les podía haber calificado de todo menos de personas espirituales. Sus vidas, que en su mayor parte estaban regidas por valores mundanos, apenas coincidían con lo que el Curso postula. Extrañamente fue a través de Helen, atea convicta, como fue revelado el curso a lo largo de los meses, y así llegar a dar forma al texto que hoy conocemos. Empleando una terminología cristiana, el Curso no es una religión, ni aboga en favor de ninguna. Sólo busca que seamos conscientes de quienes somos realmente, el poder que tenemos para crear, y la necesidad de responsabilizarnos de nuestra propia vida, comprendiendo que todo está dentro de nosotros. Sobre el Curso, como en todo, hay opiniones para todos los gustos, desde listado de despropósitos, hasta el descubrimiento del siglo. Mi consejo es que no dejes que otros opinen por ti, echa un vistazo a sus páginas con una intención limpia y, eso sí, no intelectualizes, SIENTE.
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