Ya
lo escribió San Pablo hace mucho tiempo: o amamos o no amamos, todos los
“peros”, los “quisiera matizar”, etc. no son más que excusas.
”Si yo
hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal
que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese
todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que
trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos
mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado,
y no tengo amor, de nada me sirve” (Corintios, 13)
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