Padres

Pues eso, que me dice el calendario que hoy es tu día. Así somos los seres humanos, nos tienen que recordar lo del "día de..." para ponernos a funcionar. Yo lo cierto es que intento celebrar contigo cada día que estamos juntos,  porque siempre pienso que puede ser el último.  Tengo la inmensa suerte que, pese a los muy avanzados años, sigues sorprendiéndome con las historias de tu niñez y juventud,  comprobando que a pesar de las muchas penurias vividas, la fuerza de tu determinación por salir adelante me abruma y empequeñece mis quejas de hoy día hasta el bochorno. Aunque me ha llevado su tiempo, he conseguido integrar en mi vida (eso creo) el sentimiento de tu ausencia en mis primeros años, comprender el papel que te asigné en la evolución de mi alma,  perdonar aquello que nunca entendí mientras no puse a trabajar el corazón. Atesoro tu presencia hoy en mi vida, agradeciendo al Espíritu el habernos encontrado como padre e hijo, pues aunque es mucho el camino que juntos llevamos recorrido, sé que  largas jornadas hemos aun de compartir, quién sabe dónde y cuándo,  seguro unidos por siempre en el único Amor.