domingo, 20 de enero de 2013

Los Miserables

¿Cómo podrían las palabras, torpes y finitas, describir mis sensaciones al acabar de ver la película? La explosiva fuerza de la música, acompañando un texto que toca en lo profundo de la condición humana, no puede dejar incólume corazón que se precie de tal. Cierto es que ya llevaba yo bastante tiempo paladeando el musical (desde que lo vi en el Teatro Apolo de Madrid años ha),  revisándolo cada poco tiempo, pero no es menos cierto que, como algunas películas, libros, cantantes,... dejan tal poso en los recovecos del alma que su voz susurrante nos hace volver una y otra vez sobre ellos para reencontrar su magia, su certeza poderosa, su llamado a la verdad inmortal. Cultivemos sin demora y sin pausa la capacidad de emocionar nuestra día a día, pues sólo así sabremos diferenciar si acaso estamos menos vivos de lo que pensamos.

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