martes, 25 de diciembre de 2012

Niño Jesús

Viendo estos días los belenes, me estoy fijando especialmente más que otros años, en la figura del pesebre.  Ese Niño Jesús, ese Jesús Niño, con su tierna mirada me está diciendo que no le vea ahí fuera, entre un buey y una mula cada 25 de diciembre. Que su Energía, su Luz, su Testimonio, su Vibración, su Coherencia, su Amor, todo él en suma, vive y late en mi interior, es más, está incorporado en mi de forma indisoluble, y al estarlo igualmente en mis hermanos, ya nada puedo ver como separado de mi. Por supuesto aquí está hablando el sustrato de la educación cristiana que he recibido, pero como ya sabemos estas percepciones son universales, pues sólo una es la Verdad, (aunque nos empeñemos en defender cada uno la propia..., así va el mundo). Como siempre toda esta cadena de sentimientos me lleva a la única realidad REAL, sólo existe la Unidad, por más que el ego se esfuerza en poner barreras a través de los cuerpos que él ha creado, establecer fronteras, éste soy yo, éste eres tú, mantener vivos los conflictos para justificar su existencia, etc.... ¡atentos pues a sus caprichos, son inacabables!

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