domingo, 25 de noviembre de 2012

Juicios

"Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de su esposa, cuando vio a un hombre chino poniendo un plato de arroz en la tumba vecina. El hombre se dirigió al chino y le preguntó, levemente burlón  -Disculpe señor, ¿de verdad cree usted que el difunto vendrá a comer el arroz?- Sí, le respondió el chino, cuando el suyo venga a oler sus flores."

Estamos empeñados en juzgar todo y a todos, un cansino tributo a nuestro ego indomesticado, desgastante hábito que nos trastoca el entendimiento, abocándonos a una constante lucha con nosotros mismos, pues no hay otro destinatario de cada juicio que emitimos (digo juicio, no discernimiento). Me gusta la definición que hace "Un Curso de Milagros" sobre el Juicio Final: el final de los juicios.

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