Por largo tiempo busqué como Dorothy más allá de esta tierra, lejos muy lejos creí encontrar nuevos caminos, hasta que llegué a uno que nunca imaginé ver, sí lo habéis adivinado, era el de baldosas amarillas. Tras muchos recodos, subir y bajar, agotadoras puestas de sol y prometedores amaneceres, un día mirando mis manos comprendí al fin que allí estaba la clave, siempre había estado conmigo, y así juntándolas en mi pecho pude sentir como latía la respuesta, clara, pura y sin adornos: el mejor regalo que nunca recibiré, sentir que la búsqueda había finalizado.
"En algún lugar, por encima del arco iris..."
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